Por Inés Sandoval
Gabriel García
Márquez un escritor colombiano nacido en la región de Aracataca el 6 de marzo
de 1927 y fallecido en la ciudad de México D.F el 17 de abril de 2014.
Se lo conoce por
ser una de las voces más relevantes de una de las corrientes literarias más
trascendentes de la literatura latinoamericana, el realismo mágico. Reconocido
fundamentalmente por su faceta de novelista; no obstante, y aunque su poesía es
menos popular, también cultivó este género.
García Márquez
contó en varias ocasiones que quién lo incentivó fue su abuela, la misma le
narraba cuentos de pequeño. Las historias familiares y ese bagaje cultural del
que se nutrió en la infancia son puntos ineludibles de su literatura donde
nacen y crecen los primeros poemas de amor, reflexión y soledad. En todas sus
historias recitadas podemos encontrarnos con la magia de las narraciones orales
ancestrales y el cariño hacia la cultura que lo arropó en la infancia y parece
querer contarnos un cuento en cada poesía o versificación. No solo lo hacía en
reuniones o veladas familiares sino que en su escuela mostró su capacidad de
versificar a la perfección en actos escolares.
A lo largo del
tiempo se dio cuenta que su destino
literario no estaba en la poesía propiamente dicha como género sino en la
novela y el cuento. La poesía quizá era
para él un ejercicio de disciplina y un sistema riguroso de elaboración con
estructuras literarias para futuras obras que aun no tenía ni pensadas.
A pesar de su
destino inevitable continuó escribiendo sonetos y poemas de medidas perfectas,
las mismas fueron publicadas en las páginas de amigos con un seudónimo y otras veces con su propio nombre.
“Es difícil imaginar, escribe Gabo en sus
memorias, hasta qué punto se vivía entonces a la sombra de la poesía. Era una
pasión frenética, otro modo de ser, una bola de candela que andaba de su cuenta
por todas partes. Abríamos el periódico, aún en la sección económica o en la
página judicial, o leíamos el asiento del café en el fondo de la taza, y allí
estaba esperándonos la poesía para hacerse cargo de nuestros sueños”.
Un soneto
llamado “Sin título”, junto con el “Soneto matinal a una colegiala ingrávida”,
son los últimos poemas que Gabriel García Márquez publicó en los diarios
capitalinos y en cualquier otro periódico de la tierra, antes de que apareciera
“La tercera resignación”, su primer texto narrativo, hace exactamente 60 años
en el suplemento, fin de semana de El Espectador.
“Sin
título”
Si
alguien llama a tu puerta, amiga mía,
Y
algo en tu sangre late y no reposa
Y en
su tallo de agua temblorosa
El
surtidor florece su alegría.
Si
alguien llama a tu puerta y todavía
Te
queda tiempo para ser hermosa,
Si
aún existe la arteria de la rosa
Para
tomarle el pulso a la poesía.
Si
alguien llama a tu puerta una mañana,
Sonora
de palomas y campanas
Y
aún crees en el dolor de la alegría;
Si
aún la vida es verdad y el beso existe,
Si
alguien llama a tu puerta y estás triste
Abre
que es el amor, amiga mía.
Este soneto de
García Márquez nos introduce y nos hace conocer más esa parte poética del
autor. En este caso, el amor puede llegar en cualquier momento y el poeta
invita a la mujer a que deje que entre, que lo viva y se empape de amor, que la
puede llenar por completo y hacerla feliz.
Lo que podemos
leer en estos versos, es que el poeta es un enamorado de la felicidad y le
canta para que toda mujer, sin importar quién sea, como sea viva una vida plena
en todos los aspectos. A diferencia de otros poetas, no busca un estereotipo, busca
el amor para cualquier mujer y se lo ve reflejado en su obra.
Entre sus obras
más importantes podemos señalar "Cien años de soledad”, entre muchos otros
títulos que han sido traducidos a cientos de idiomas y le han otorgado a
Márquez un lugar importantísimo en la literatura universal.
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